En un contexto marcado por la crisis ambiental global —caracterizada por la pérdida acelerada de biodiversidad, el cambio climático y la degradación de los ecosistemas— se hace cada vez más urgente promover una relación distinta entre las personas y la naturaleza. Los espacios naturales, además de su valor intrínseco, cumplen un rol fundamental como escenarios de aprendizaje y conexión, capaces de generar experiencias transformadoras que motivan la acción en favor de la conservación. Al aprender a leer el entorno, reconocer sus dinámicas y traducir su complejidad en relatos accesibles y atractivos, los guías y comunicadores ambientales se convierten en mediadores clave entre la ciencia, la conservación y el público.