El terremoto del 60 y su relación con nuestros humedales
El terremoto del 60 y su relación con nuestros humedales
Este viernes 22 de mayo se conmemoran 60 años del evento sísmico de mayor magnitud registrado en la historia del planeta, extendiéndose por cerca de 1.000 kilómetros entre la región de Bío Bío y Aysén. El Terremoto de Valdivia, comúnmente catalogado como un “desastre natural”, causó graves pérdidas de vidas humanas y también cuantiosos daños en ciudades e infraestructura a lo largo del sur de Chile.
No obstante, tanto los terremotos como los tsunamis distan de ser meramente desastres. En realidad, corresponden a fenómenos naturales geofísicos que han estado presentes en nuestro planeta desde hace mucho antes que nuestra especie. Respondiendo a la fricción de placas tectónicas, a la actividad volcánica o incluso al impacto de meteoritos, han dado forma no solo a la particular topografía de nuestro territorio, sino también a la bella biodiversidad que alberga.
Para conmemorar el aniversario del Gran Terremoto de Valdivia, quisimos explorar el vínculo que tuvo este sismo con un ecosistema específico: los humedales. Chile tiene más de 18.000 humedales, cubriendo 1.460.400 hectáreas. Pero, ¿qué relación tiene el terremoto de 1960 con estos espacios naturales? Los efectos de este sismo son diversos, pero uno de los más evidentes fueron los que tuvo en la costa, provocando un maremoto sin precedentes y hundiendo un cuarto de la costa del país.
En ciudades como Valdivia, la fuerza del mar dio forma al sistema de humedales que acompaña la ciudad, permitiendo el desarrollo de valor de conservación y biodiversidad de estos espacios (entre ellos el Santuario de la naturaleza Carlos Anwandter).
No obstante, en otras ciudades como Llanquihue, los efectos fueron muy diferentes. La ciudad de Llanquihue fue fundada alrededor de 1850, sobre el origen del río Maullín y el borde del lago Llanquihue. Los registros históricos mencionan que al momento de su fundación, en este lugar había un gran “Hualve”, un tipo de humedal poco conocido y profundamente amenazado en Chile. Los hualves son bosques húmedos, con vegetación nativa, anegados de agua, con drenaje deficiente. Formados por mirtáceas nativas, como el temo, la pitra, el chequén y el tepu. Ellos cumplen diversas funciones ecosistémicas y albergan a múltiples especies de flora y fauna, entre ellas el huillín, especie de mustélido en peligro de extinción.
No obstante estos atributos de su emplazamiento, la ciudad de Llanquihue creció en base a la expansión urbana y al relleno de estos espacios naturales. A partir de lo anterior, los efectos del terremoto de 1960 fueron implacables en una ciudad fundada encima de un humedal, destruyendo todo tipo de caminos, edificios e incluso el puente que conectaba el sector norte y sur de la ciudad.
Tomas Gárate, Jefe de Proyectos, Fundación Legado Chile