Concluye exitosa primera etapa de restauración de humedales de Llanquihue
Concluye exitosa primera etapa de restauración de humedales de Llanquihue
Luego de un año de trabajos que incluyeron la remoción de basura y escombros, la implementación de un plan de monitoreo y plantación de especies nativas; los actores involucrados comprobaron en terreno el buen estado de salud de los humedales Los Helechos y Baquedano.
Los humedales urbanos Los Helechos y Baquedano de la ciudad de Llanquihue hoy son un oasis de naturaleza y para los vecinos tienen un gran valor. Pero hasta hace un año la situación era muy distinta. Grandes cantidades de escombros y basura se acumulaban en ellos afectando no sólo a su biodiversidad, sino también, la vida de decenas de familias que viven en lugares aledaños. Fue en ese entonces que Fundación Legado Chile decidió generar un cambio, iniciando un proyecto de restauración de ambos espacios abandonados hace décadas, pero involucrando activamente a la comunidad. La empresa STS (Sistema de Transmisión del Sur, empresa filial de Grupo Saesa) fue la primera en respaldar el proyecto, y posteriormente se sumó la propia Municipalidad de Llanquihue, CONAF, el INJUV, entre otras organizaciones. Pero lo que pudieron constatar en el proceso fue insospechado. En tres jornadas de limpieza de estos dos humedales se retiró un total de 6 toneladas de basura y se recicló 180 kilos de residuos. De hecho sólo en el caso del humedal Baquedano se contabilizó más de 300 papeles y envases de alimentos. El resto es historia. Se importó suelo de calidad a los humedales, se plantaron árboles nativos y se implementó un ambicioso plan de monitoreo.
Por eso el viernes recién pasado fue un día clave para Los Helechos y Baquedano. Dos de los actores centrales en este proyecto, Fundación Legado Chile y STS, visitaron una vez más la zona para evaluar en terreno el gran avance que se ha realizado en la recuperación de estos frágiles ecosistemas. Y la conclusión fue más que alentadora. “Hemos podido constatar, por ejemplo, que un 85% de las especies nativas plantadas en estos lugares han logrado sobrevivir, lo cual además ha propiciado la presencia de varias especies de aves. Realmente estamos muy satisfechos con lo logrado hasta ahora, pues estamos restaurando dos espacios que son claves para mantener la salud de la propia ciudad. No hay que olvidar que los humedales son los ecosistemas con mayor biodiversidad en el planeta y representan una extraordinaria oportunidad para los problemas que la sociedad hoy enfrenta. Son una solución basada en la naturaleza que permite regular el clima, proteger a la ciudad de inundaciones, proveer alternativas de recreación, y contribuir con belleza escénica y sonora”, explica Inao Vásquez, encargado de Conservación de Fundación Legado Chile y quien lidera el proyecto. Agrega que este trabajo además ha permitido elaborar el primer plan de restauración de humedales de Llanquihue, el cual tiene como como objetivo identificar las actividades necesarias para recuperar la estructura y funciones ecológicas claves de estos ecosistemas que concentran una rica biodiversidad.
Por su parte Juan Francisco Castillo, gerente zonal de Saesa y quien también se hizo presente en ambos lugares señala que «es una maravilla comprobar en terreno que este trabajo realizado en equipo está rindiendo frutos. Nuestra visión es mejorar la calidad de vida de las personas y uno de nuestros valores es la sustentabilidad, por lo que acciones como ésta, en la que participamos activamente trabajadores junto a vecinos limpiando el lugar, nos llena de orgullo. Esta es una acción concreta que dejará un verdadero legado para la comunidad de Llanquihue».
Grandes avances
El proyecto de restauración de los humedales Baquedano y Los Helechos hasta ahora ha exigido un gran esfuerzo. De hecho en este último (en mayor estado de degradación), se instaló una barrera de 200 metros de largo en su perímetro para evitar el depósito de basura. Además en ambos lugares, y con el fin de recuperar las condiciones del suelo, se importaron en total 150 metros cúbicos de suelo de buena calidad. Gracias a esto, entre 2019 y 2020, se realizaron 4 jornadas en las que se plantó un total de 450 plantas nativas, incluyendo árboles (entre ellos alerces), arbustos, helechos y herbáceas representativas de la flora del sur de Chile.
Con respecto al plan de monitoreo, este se implementó con el objetivo de realizar una evaluación del estado ecológico de los humedales. Entre los años 2019 y 2020 se ejecutaron 4 jornadas para monitorear la supervivencia de las plantas nativas y el impacto de los desechos. Además con el apoyo de la Red de Observadores de Vida Silvestre y vecinos del lugar se registró la vida silvestre presente en los humedales y se pudo constatar que en Los Helechos existen 46 especies de aves, incluyendo al trile, el chercán de las vegas y el run-run. También se registró la presencia de la mariposa de las vegas. En el Humedal Baquedano en tanto, se detectaron 27 especies de aves, incluyendo un al siete colores y la confirmación de la reproducción de rana chilena y sapito de cuatro ojos.
Otro punto a destacar en esta primera etapa de restauración de ambos humedales es la participación activa de la comunidad de Llanquihue en cada jornada de trabajo. Además un número importante de vecinos fue parte de los talleres en los que se plantearon los desafíos y posibles soluciones para recuperar el estado de los humedales. “La participación de ellos ha sido clave, porque la restauración ecológica de un humedal es un proceso lento y a largo plazo que requiere la colaboración de todos. Debemos trabajar de la mano con la comunidad, porque a fin de cuentas ellos serán sus principales responsables y cuidadores. Se debe continuar implementando este tipo de acciones, con el fin de acompañar al ecosistema en el proceso de recuperación, de lo contrario se puede volver a degradar”, agrega Inao Vásquez. Agrega que pese a la reciente implementación de una Ley que protege a los humedales urbanos, la situación de estos ecosistemas en Chile es compleja. “En general se encuentran en mal estado de conservación y dentro de la ciudad están sujetos a una permanente presión. Han sido históricamente drenados, rellenados y mal utilizados por las personas como lugares de depósito de basura, electrodomésticos y muebles en desuso incluyendo desechos de construcción y escombros. Esperamos que esta labor que estamos haciendo genere mayor conciencia para cuidarlos y protegerlos”, asegura el también Ingeniero en Recursos Naturales.