Los humedales urbanos como una oportunidad de planificación urbana sostenible
Por Magdalena Huerta,
Directora de Conservación de Fundación Legado Chile
La importancia de los humedales ha sido reconocida globalmente por ser considerados uno de los ecosistemas más productivos y valiosos del planeta, al proporcionar una amplia gama de beneficios ecológicos, económicos, sociales y culturales. Los humedales cumplen un importante rol en el suministro y mantención de la calidad del agua, la regulación del clima, la captura de carbono, la provisión de hábitat a diversas especies, así como en la provisión de recursos culturales, recreativos y educativos. No obstante, su valor sigue sin ser plenamente reconocido y, en consecuencia, la superficie y calidad de estos ecosistemas sigue disminuyendo de manera abismante.
Se estima que hemos perdido alrededor de un 87% de los humedales globales, principalmente a causa del cambio de uso de suelo para fines agrícolas y de pastoreo, pero también por un abrumador proceso de urbanización. Actualmente, el 55% de la población mundial vive en zonas urbanas, número que llegaría a aproximadamente un 66% en 2050. Esta tendencia ha dado lugar a que numerosos humedales se encuentren circunscritos en entornos urbanos -los ahora reconocidos como humedales urbanos-, enfrentando de manera más acentuada diversas presiones propias de estos contextos. Entre ellas, se incluyen el relleno con fines inmobiliarios, la contaminación por aguas residuales, la acumulación de basura, las alteraciones en el régimen hídrico y la pérdida de biodiversidad derivada de la introducción de especies exóticas.
Pese a lo anterior, los humedales urbanos se presentan como una oportunidad única para la planificación urbana sostenible, ofreciendo una serie de beneficios que pueden mejorar la calidad de vida en las ciudades. Los humedales urbanos pueden formar parte de la infraestructura verde, contribuyendo a la creación de espacios naturales en entornos urbanos. Estos espacios, no sólo mejoran la calidad ambiental, sino que también ofrecen lugares para la recreación y el disfrute de la comunidad. A su vez, brindan oportunidades para la educación ambiental y la sensibilización comunitaria, pudiendo convertirse en centros de aprendizaje sobre la importancia de la conservación y el papel vital de los humedales en el equilibrio ecológico.
Un ejemplo destacado que ilustra el potencial inherente de la integración de un humedal a la trama urbana, es el Humedal Baquedano, ubicado en medio de la ciudad de Llanquihue. Este humedal, en un momento considerado uno de los más deteriorados de la ciudad y con mayor riesgo de desaparición debido a las notables tasas de disminución de su superficie, se ha transformado en un espacio apreciado por la comunidad y una ejemplar muestra de infraestructura verde urbana. El proyecto que dio origen a esta transformación, denominado Parque Humedal Baquedano*, consistió en la implementación de infraestructura verde en el humedal, en base a una estrategia de manejo de bordes. Esta estrategia se basa en la delimitación y distribución de diferentes áreas en el humedal, con el fin de proteger una zona crítica destinada a la restauración y conservación ecológica, y destinar ordenadamente zonas para el disfrute y uso público. Además, se implementó un laboratorio al aire libre llamado Labhum!, que consta de un circuito de 5 estaciones de exploración científica, ofreciendo un espacio educativo fuera del aula y accesible a todo público.
*El Parque Humedal Baquedano fue un proyecto desarrollado de manera conjunta entre el Magíster de Arquitectura del Paisaje UC, Fundación Legado de Chile y la I. Municipalidad de Llanquihue, como resultado de un proceso participativo que involucró a una serie de actores, tales como vecinos, la comunidad escolar, empresas y autoridades locales.
El caso del humedal Baquedano no sólo ejemplifica cómo estos ecosistemas pueden llegar a integrarse en las ciudades, proporcionando espacios atractivos y accesibles para la comunidad, sino que también nos demuestra cómo estas soluciones pueden convertirse en una oportunidad clave para la conservación de los humedales. Esto último, nos apunta a un aspecto fundamental, que subraya la importancia de involucrarnos como sociedad en la búsqueda de soluciones y en el desafío de conservación de los humedales. La participación comunitaria es crucial en la protección de los humedales, ya que permite involucrar a las personas en la toma de decisiones, fomentando la responsabilidad compartida y consolidando un compromiso colectivo hacia la preservación de estos ecosistemas vitales.
La ciudad de Llanquihue posee alrededor de 16 humedales urbanos y tiene el potencial de convertirse en la ciudad con mayor índice de áreas verdes por habitante del país. Este propósito, también contempla asegurar la conservación de funciones ecológicas clave, para lo cual es crucial incorporar la red de humedales urbanos en su totalidad y de forma integral. Dentro de esta red, el Humedal Teodosio Sarao destaca como uno de los más extensos con una superficie de 29,7 ha, desempeñando una función vital en este sistema hídrico, al conectar los humedales del norte de la ciudad con el canal Sarao, el que a su vez desagua aguas abajo hacia el humedal Las Ranas, desembocando en el río Maullín. Dada su gran extensión, posee un considerable potencial para transformarse en un espacio con beneficios múltiples para la comunidad. Lamentablemente, en la actualidad, se encuentra amenazado por la presencia de microbasurales en varios puntos de su extensión, lo que ha llevado a la obstrucción de canales y a la contaminación del suelo y aguas. Esta degradación podría intensificarse si no tomamos medidas inmediatas para su protección.
El ejemplo inspirador del Humedal Baquedano en Llanquihue destaca la transformación positiva que puede lograrse mediante la colaboración entre la comunidad, autoridades locales y otras partes interesadas. El Parque Humedal Baquedano, como proyecto emblemático, no solo ha restaurado y conservado el humedal, sino que también ha creado un espacio educativo, promoviendo la comprensión y aprecio por la biodiversidad local. Es imperativo que la ciudadanía se involucre activamente en la protección de estos humedales, abogando por medidas de conservación, participando en iniciativas y educando a la comunidad sobre la importancia de estos ecosistemas. La colaboración entre ciudadanos, autoridades y organizaciones locales es esencial para garantizar la preservación a largo plazo de los humedales urbanos y sus beneficios para el bienestar de la comunidad y la salud del entorno.
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